Contrario a lo que muchos creen, el cuidado personal va más allá de la higiene diaria y el corte de uñas y de cabello. Comprende un conjunto de prácticas más minuciosas que permiten mantener saludable y estéticamente agradable nuestro exterior, de pies a cabeza; pero también tiene efectos positivos sobre aspectos como el autoconcepto, el estado de ánimo e incluso mitigar inseguridades.
Ahora bien, la atención suele centrarse mayoritariamente en el tren superior: el cabello, la cara, el cuello, la espalda y los codos. Mientras que el cuidado de los pies parece limitarse a las mujeres o personas de tercera edad o con afecciones particulares. Descuidar esta parte del cuerpo es un error y, como expertos en podología, consideramos necesario exponer por qué.
Los podólogos son los encargados de orientar respecto al cuidado de los pies
Actualmente hay mucho interés por el cuidado personal en ambos sexos. Hombres y mujeres se preocupan por su aspecto físico, prestando atención a zonas comúnmente descuidadas como los pies. El problema es que existe mucho desconocimiento respecto a la forma adecuada de cuidarlos. A pesar de ello, existe una especialidad dedicada exclusivamente al cuidado de los pies: la podología.
Cuando no se tienen ni las herramientas ni la habilidad para este tipo de tareas, lo mejor es acudir a un experto. La podología es la rama auxiliar de la medicina encargada de promover el cuidado de los pies; así que acudir a un profesional de esta área sería lo más prudente. Este proporcionará la orientación necesaria para llevar una rutina que promueva tanto su salud como su estética.
El cuidado de los pies ayuda a prevenir enfermedades
En materia de salud, la prevención es la clave, sea cual sea la parte del cuerpo implicada y en la podología no es una excepción. En este sentido, es de vital importancia la orientación de un profesional de esta rama puesto que la educación es el primer paso. Asistiendo a un podólogo, los pacientes pueden aprender a evitar infecciones como pie de atleta e incluso las molestas verrugas en la planta.
Por ejemplo, el corte de uñas que acostumbramos hacer es parte básica del cuidado personal; pero muchos desconocen todo lo que hay que tener en cuenta al momento de hacerla. Primero, debemos usar herramientas adecuadas para la limpieza de las uñas; y, por supuesto, estas también deben ser esterilizadas. Estos simples pasos pueden evitar lesiones dolorosas e infecciones graves que podrían ameritar cirugía.
También se pueden hacer estudios biomecánicos cuyo objetivo es detectar patologías antes de que progresen en gravedad. Por ejemplo, el desarrollo de la pisada que puede influir en la postura y la forma de caminar de la persona. La podología puede orientar a los pacientes incluso en condiciones tan normalizadas como el pie plano desde la infancia.
En consulta con el podólogo se pueden detectar afecciones a tiempo
Ahora bien, hay situaciones que se presentan de manera inadvertida y todos estamos propensos a ello. Los pies, al estar en contacto con el suelo, calcetines y zapatos, son más vulnerables de lo que muchos creen. Además, al ser una de las partes del cuerpo más descuidadas, suelen alojar muchas señales de mala salud que pasan desapercibidas por largo tiempo.
Tal es el caso del pie diabético, una complicación muy conocida de la diabetes. El escaso control de la enfermedad empieza a deteriorar los vasos sanguíneos de una o más extremidades; en consecuencia, la enervación se reduce y, con ella, la sensibilidad. Entonces cualquier lesión en la zona podría empeorar fácilmente al no sentir dolor. La consulta de podología frecuente podría detectar esto a tiempo.
Los podólogos recetan el tratamiento necesario para sanar afecciones
Y hablando de afecciones, la podología no se encarga únicamente de prevenir, sino también de solucionar. Las uñas encarnadas, por ejemplo, pueden sanar fácilmente si son tratadas por un profesional de esta área. Y así mismo otras condiciones relacionadas con el tobillo, la piel, la pisada, los dedos y las uñas. Para recibir el tratamiento adecuado, hay que acudir a consulta.
La consulta de podología resultar relajante para los pacientes
Por último, el cuidado de los pies puede resultar muy reconfortante para las personas, incluso para aquellas que no lo tienen como prioridad. Y aunque pocos están al tanto de ello, estar cómodos y conformes con nuestro cuerpo favorece mucho nuestro estado de ánimo. Así que, en conclusión, la podología tiene efectos que van más allá de mejorar nuestra pisada o sanar uñas encarnadas.