El peeling es uno de los tratamientos de estética más comunes, imprescindible, además, para aumentar la eficacia de otros muchos. Consiste, básicamente, en exfoliar la piel mediante una ligera abrasión que sirve para eliminar las capas de células muertas o envejecidas que se van acumulando en la parte más superficial de la dermis.
Hay diferentes tipos de peeling según los medios que se empleen (químicos o mecánicos) o según la profundidad a la que son capaces de actuar. Sea cual sea el elegido y la zona del cuerpo en el que se aplique, lo cierto es que los efectos sobre la piel son inmediatos y se mantienen durante periodos de tiempo prolongados.
Beneficios del peeling
Lo primero que hay que tener en cuenta es que un peeling, aunque sea un tratamiento sencillo y eficaz, hay que tener precauciones. En caso de infecciones cutáneas o alteraciones de la piel, alergias cutáneas, trastornos hormonales, fotosensibilidad o embarazo y lactancia no siempre será posible realizarlo.
En caso de que no haya ningún problema, los efectos del peeling pueden devolver a la piel parte de la frescura y suavidad perdida:
El primer efecto inmediato es que elimina esa capa de células muertas e impurezas que no permiten una correcta oxigenación e hidratación de la piel. De esta manera no solo recupera luminosidad y suavidad, sino que se acelera el recambio celular.
En el caso del peeling facial, ayuda a cerrar poros o a disimular su dilatación, a eliminar manchas y a difuminar pequeñas arrugas y líneas de expresión. También suaviza cicatrices poco profundas, como las causadas por el acné.
Otro de los efectos inmediatos de un peeling es que se reactiva la circulación en la zona tratada. Este factor, junto a la oxigenación, hacen que la apariencia de la piel sea más tersa y radiante.
El peeling también ayuda a estimular la producción de colágeno y elastina en las capas profundas de la dermis. Estas son dos sustancias esenciales para que la piel mantenga su flexibilidad y juventud. Es decir, que se consigue un cierto efecto lifting.
Estos serían los efectos que a corto plazo tiene un peeling, pero no hay que olvidar que es esencial para que tratamientos de estética que se realicen después puedan ofrecer mejores resultados. Es así porque una piel más limpia favorece una mejor absorción de los productos cosméticos y una mayor penetración de cualquier otro elemento que se emplee para tratar la piel.
Cuándo someterse a un peeling y qué precauciones hay que tener
En primer lugar, es esencial que sea un profesional quien se encargue de realizar el tratamiento porque la piel es en extremo delicada. Elegir el tratamiento adecuado, el mejor momento para realizarlo y el número de sesiones es básico para obtener los resultados deseados.
Teniendo en cuenta esta premisa, el peeling se puede realizar en cualquier momento en el que la piel haya perdido luminosidad, hidratación o tersura. Sin embargo, una recomendación es someterse siempre a un peeling antes de la llegada del verano, ya que de esa forma la piel adquirirá un bronceado más homogéneo y luminoso.
Por otra parte, es esencial no olvidar que, tras el tratamiento, la piel está más sensible. De esta manera, es imprescindible una buena hidratación y, de manera especial, una buena protección frente al sol. Con unos cuidados básicos, el peeling hará que, sobre todo el rostro, adquiera un aspecto mucho más joven y lozano.
Si estás pensando en someterte a un peeling, recuerda que en Centro Médico Sant Martí contamos con los mejores profesionales y los medios más avanzados para que cualquier tratamiento estético al que te sometas mejore de manera notable el aspecto y la salud de tu piel.
